Cuando las nubes se derraman sobre las cumbres durante el invierno, a esta altitud, suele ser en forma de nieve, luego la primavera se encarga de liberar los copos prisioneros y desnuda de nuevo las montañas despojandolas del manto blanco para vestirlas con todos los verdes imaginables, mientras el agua se precipita por los barrancos de modo indómito y salvaje formando estas y otras cascadas.
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