A poco que se humedece el monte, el otoño nos regala setas y hongos, en este caso solo para deleite de la vista, pues la que quizá es la seta mas guapa, es muy tóxica.
Por suerte, hace muchos años que, además de cazar, otras actividades ocupan mi tiempo libre, actividades que me enriquecen como persona y me hacen sentirme libre y dichoso, contemplar la naturaleza en estado puro por su lado más salvaje, cuando duermo en el monte para escuchar a los lobos y amanece un día más en cualquier sierra apartada, contemplando esta explosión de vida tras el telescopio, en la mar, o en la montaña, las nubes y los bosques forman parte fundamental de esta tierra nuestra.
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