Sotres

Con esta selección de imágenes doy por finalizado el merecido homenaje dedicado a la nieve. La braña de Tuiza, la Torre Santa de Enol, El Enol helado y esta de Sotres cierran el ciclo blanco.

Manto blanco

Como la mar y el fuego, la nieve nos cautiva y pasamos mucho tiempo viendo nevar, como las olas o las llamas cuando tenemos la suerte de pernoctar en una cabaña, la nieve en cambio nos ofrece el regalo de ver cambiados los colores por el blanco inmaculado de la nieve, y con el modo más hermoso que tiene la naturaleza de vestir los árboles que desnudó el invierno.

Sueños de invierno

Cuando se juntan la magia de la luz y la nieve, el bosque adquiere un aspecto difícilmente superable en ninguna otra situación. Muchas criaturas permanecen escondidas o aletargadas, otras realizan desplazamientos en busca de zonas más favorables, pero no pocos se quedan aquí, en el suelo del bosque se pueden leer los rastros de aquellos que viven la noche: zorros, tejones, garduñas... Por el día, mirlos, arrendajos, pinzones... se afanan en la busqueda de alimento. No está de más despejar alguna zona de nieve para facilitarles la labor.

Pincelada blanca

Ya hizo su aparición la nieve, ya tenemos nuestros montes pintados de blanco, aunque el viento sur se encarga cada poco de fundir la nieve, que beneficia a unos y perjudica a otros pues los corzos y ciervos lo pasan mal, les escasea el alimento y se hunden mucho en ella haciendo la carrera difícil, fatigándose pronto, siendo así presa fácil de los lobos. Los osos tambien tienen en ella un aliado cuando al salir de su letargo encuentran las carroñas que van quedando al descubierto al fundirse la nieve, de aquellos que no pudieron soportar los rigores invernales